El presidente Hugo Chávez no es la clase de hombre que delega autoridad en la toma de decisiones. Ahora, el voluble líder socialista y sarcástico crítico de Estados Unidos podría no tener otra opción que designar a un sucesor.
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Su anuncio de que irá a Cuba dentro de una semana para que le extirpen un tumor que, según él mismo, probablemente es maligno no podía llegar en peor momento para el líder que brega para transformar a Venezuela con lo que él llama “socialismo del siglo XXI”.
Con una apretada campaña de reelección preparada para el presidente, analistas dijeron el miércoles que Venezuela podría caer en una agitación debido a que Chávez se ha resistido a preparar a un sucesor durante sus 13 años en el poder.
El resultado es un vacío de poder que su equipo se verá en apuros para llenar, especialmente si no es capaz de hacer campaña para las elecciones del 7 de octubre o si gana y después es físicamente incapaz de gobernar.
“Venezuela está viviendo los efectos desestabilizadores de un régimen unipersonal prolongado”, dijo Michael Shifter. “Cualquier cosa puede pasar”. Shifter agregó que es casi inevitable “una feroz lucha de fuerzas y disputa por posiciones” en el Partido Socialista de Venezuela.
“Todo mi amor para ustedes. Te prometo que lucharé sin tregua por la vida. Viviré… ¡Viviremos y Venceremos!”, dijo el miércoles Chávez, en un mensaje a través de su cuenta de Twitter, al agradecer el apoyo de decenas de seguidores en la red social.
Un día antes, Chávez admitió al dar a conocer sus malas noticias que podría estar fuera de acción durante semanas. Bajo las circunstancias, le requeriría un esfuerzo sobrehumano manejar el gobierno, luchar para mantenerse en el cargo y, simultáneamente, luchar contra el cáncer.
“No voy a poder seguir con el ritmo que iba”, dijo el mandatario por teléfono a última hora del martes a la televisora estatal. “Estoy obligado a atender está nueva circunstancia, a repensar mi agenda personal y, bueno, a cuidarme y a enfrentar lo que haya que enfrentar”, señaló.
Chávez no mencionó quién podría reemplazarlo durante una ausencia que según oncólogos podría durar semanas si el líder tiene que someterse a tratamiento de radiación, como él mismo dijo prever. Chávez dijo que lo operarían los médicos que le extirparon en junio un tumor canceroso del tamaño de una pelota de béisbol de su región pélvica.
Negó rumores de que el cáncer se ha extendido agresivamente, pero señaló que sus médicos no saben si la nueva protuberancia de dos centímetros es maligna El ex soldado paracaidista se reunió el miércoles con su círculo íntimo para discutir la manera de enfrentar al candidato presidencial de la oposición: Henrique Capriles, un atlético gobernador estatal de 39 años de edad.
Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional controlada por Chávez, dijo a la prensa que el presidente seguirá siendo el candidato del partido en el poder.
Cabello agregó que existe la falsa creencia que asocia cáncer con muerte, pero que no es así, porque se puede vencer con amor, y el presidente tiene mucho de eso.
Se espera que Chávez viaje a Cuba el viernes o el sábado, indicó Cabello.
Javier Corrales, un profesor de Ciencias Políticas del Amherst College en Estados Unidos, dijo que Chávez, finalmente, presta atención a las recomendaciones médicas después de insistir en mantener una agenda físicamente demandante de viajes y discursos maratónicos.
¿Pero está también escuchando el consejo político sobre nombrar a un sucesor?, se preguntó el especialista.
“La pregunta clave es si está comenzando a prestar atención a los consejos de todas esas fuerzas, desde familiares a operadores políticos, que le dicen que ofrezca un plan de sucesión”, dijo Corrales.
No hay elegidos obvios, ya que Chávez ha denigrado constantemente a quien pudiera opacarlo, agregó Corrales.
El año pasado, durante sus períodos de convalecencia, Chávez delegó algunas tareas administrativas en el vicepresidente Elías Jaua y el ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani.
Pero Jaua al parecer ha perdido preferencia desde entonces, junto con otro miembro de los colaboradores cercanos de hace mucho tiempo de Chávez: el ministro de Relaciones Exteriores Nicolás Maduro. Ambos conservan aún sus puestos, pero Chávez los degradó recientemente al seleccionarlos como candidatos de su partido para las elecciones de gobernadores del próximo año.
Las fuerzas armadas, de las que brotó Chávez, también podrían proporcionar algo de sustitución para el presidente.
Un posible hombre fuerte del presidente es su hermano mayor, Adan, quien es gobernador del estado natal de Chávez: Barinas. “Bien podría ser que ésta vaya a ser una sucesión negociada con las fuerzas armadas, no distinta a la de Egipto”, dijo Corrales. “A la primera señal de caos podríamos ver a las fuerzas militares realizando indirectamente un papel importante, e incluso explícitamente”, señaló.
Un poderoso amigo íntimo de Chávez que pudiera tener una participación importante es el general Henry Rangel Silva, un ex jefe de Inteligencia nombrado ministro de Defensa el mes pasado por el presidente.
Estados Unidos, que no ha tenido un embajador en Venezuela desde 2010, ve con malos ojos a Rangel. El es uno de los cuatro miembros del círculo íntimo de Chávez a quien Washington colocó en 2008 en su lista de líderes narcotraficantes internacionales, acusándolo de ayudar a bandas de narcotraficantes y de suministrar armas a los rebeldes colombianos de izquierda.
No obstante, incluso muchos partidarios fervientes de Chávez, cuya columna vertebral política es la mayoría pobre de Venezuela, dudan que vaya a escoger a un sucesor, aun si su salud se deteriora significativamente.
“Mi comandante no va a delegar. Aunque sea sentado en una silla de ruedas”, dijo María Teresa Díaz, de 65 años, en referencia a Chávez.
Médicos consultados por la AP dijeron que era imposible ofrecer una valoración sobre la salud de Chávez con base en la limitada información proporcionada el martes por el líder, quien tuvo cuatro sesiones de quimioterapia de julio a septiembre.
Pero algunos señalaron que encontrar un tumor maligno en el mismo lugar en que se ha removido uno menos de un año antes no es una buena señal.
“Una recaída antes de un año es porque el tumor es muy agresivo”, dijo el doctor Sebastián Quintero, uno de los principales oncólogos colombianos.
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